Miedos

Sus ojos rehuyeron los míos, cubiertos de espanto,
las manos se negaron al vuelo de un afecto sincero,
el corazón cubierto de miedos reflejados en sus gestos,
en un silencio ajeno casi sin voz, en pálido rostro.
Busque en el armario de la conciencia
un nuevo juguete para entregar,
caricia que no asustará, para obsequiar,
cual cicatriz, sus golpes , no quería escapar.
Tanto cuento olvidado en sus ojos de niño
hadas de lágrimas, derramadas en su aflicción
bajo el abrigo de la escoria sin sentido
su pupila inocente , mártir del odio, su creador.