Se levanto de pronto
cansado de ser humillado
lo miro lentamente agotados sus ojos
pero endurecidos de tiempo
y desde el fondo de la sala alzo la voz
“¡No patrón!,
no podemos seguir trabajando
mientras usted no nos de el trato justo que merecemos
el sueldo que usted nos paga
ya no alcanza para vivir,
basta de atemorizarnos
con que perderemos el trabajo
no somos bestias de carga patrón
somos seres como usted
con menos escuela en la piel
mas profesionales en el trabajo
Ande diga usted
¿Donde va a encontrar peones
que sepan hacer la pega
sin que nadie les diga na’?,
¿Cuánto cree usted
que vamos a aguantar
mal comido, exceso de pega
y sin un lugar digno donde dormir?.
Si quiere despedirme
hágalo ahora
aquí en frente de todos
despídame por mal trabajador
incumplidor o por flojo
no porque hoy le diga unas cuantas verdades.
al fin si decide hacerlo
no me queda mucho por querer
que no sea morir
sintiéndome persona otra vez.
Sabe patrón hacía treinta años que no sentía ser
ni siquiera tengo una vieja
que me espere en el rancho
hace veinte años
se canso de pasar penas y se fue.
¿Qué puede usted ofrecerme hoy?
que estoy casi muerto
por los gases del grisu
y ese frío acumulado
en los cuartos donde dormimos
tirados en el suelo
… solo la muerte
de un perro callejero
¿sentira usted mi partida patrón?
¿la sentirá?.
Mire patrón la vida es dura
y basta un pedacito de parte suya
para que mis compañeros,
hombres jóvenes
no lleven la vida mía
y de tantos viejos
que están allá enterrados en su mina.
Yo se que a usted no le importa
lo que pueda decir un viejo enfermo
al fin que son un atado de ignorantes
frente al caudal que va a sus bolsillos.
el destino patrón
mas temprano que tarde
cuando viejo y acabado usted se encuentre
cuando las manos le ardan de sangre ajena
¡va a lamentarlo!…
…se hizo silencio
y arrastrando los pies salió de la sala
¡Bravo Manuel! Alguien grito
antes que cruzara la puerta
y uno tras otro le fueron siguiendo
golpeando sus manos con fuerzas
uno tras otro, hasta dejar la sala vacía
era la primera huelga del mineral escondido
¡bravo Manuel! alguien grito
y uno tras otro le fueron siguiendo
golpeando sus manos con fuerzas…
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