No hubo aviso para la despedida,
el golpe fue rápido cuando vino a buscarte,
te atrapó entre sus garras para hundirte en la noche,
no alcancé con mis manos tu último aliento.
El último beso quedó en mi boca desnuda,
perplejo el último abrazo
en un adiós sin despedida.
La noticia enmudeció mi boca,
la montaña se vertió en deshielo
y mi corazón apretó mis labios
con dientes de impotencia.
Busqué el sol para preguntar un porque,
más la vida me respondió como tantas veces,
solo adelanta camino,
mientras mis rodillas se doblaban
haciéndome caer en un gemido ,
en un silencio dolido.
Es que fue tan rápido
que mis palabras perdieron asiento,
mis pasos no te alcanzaron,
mi corazón dejó caer en un suspiro “te amaba”.
Que era razón de orgullo el portar tu nombre.
Es que pasó tan rápido la sombra
que no alcancé a decir te amo,
que eras lo mas grande,
el mejor de los guerreros,
que no había para ti rivales,
pero frente a ella te entregaste,
y mi voz se quedó en el paso,
entre los arboles, parte de la tierra,
que tanto amaste…
Sin cruzar, sin decir nada,
porque todo fue tan rápido padre
…que no alcancé a decir
¡todo lo que te amaba!.
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