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jueves, 28 de julio de 2022
Creencia
Estoy alzando mi vuelo más allá
lejos de las fronteras terrenales
donde el hambre, el frío la envidia
aún no se conoce.
Allá donde la aurora se hace eterna
en la prístina mirada de los niños
donde la alegría se siembra cada mañana
porque el odio no tiene cobijo.
Donde el amor es el único emblema
al cual denominar patria,
allá donde los sueños florecen
y el canto al alma enternece.
Hoy despliego mis alas
sin vergüenzas asolapadas
me voy a ese nuevo mundo
al que han llamado; Esperanzas.
Corazón de Madre
Dedicado a mi hijo Veliaskov
Sus ojos no pudieron evitar derramar una lágrima, la oscuridad del teatro ocultaba su emoción, su pecho le latía con fuerzas y sus manos apretaban la ruana sobre sus piernas, quería aplaudir ponerse de pie y gritar ¡bravo!, ¡Bravo!, pero solo atinó a seguir escuchando. Las luces se movieron y la oscuridad dejo el Teatro en ese segundo de silencio que fue roto por la voz masculina que denotaba tristeza, preocupación, angustia, ese era su hijo, ¡su hijo!, que emocionaba a las personas presentes en la obra, que provocaba ese silencio, mostrando sus sentimientos en una canción que relataba uno de los momentos quizás más duros del relato, El sueño de Pilatos, vió la cara de su amiga de toda una vida llorar, escucho cuando esta le dijo
— me hizo llorar este cabro de mierda— el aplauso de la gente la sacó de sus pensamientos y sumergiéndola en un cúmulo de emociones varias, entre la impotencia de saberse pobre y no poder pagar una carrera que permitiese a su hijo desarrollarse como actor, la emoción de verlo junto a esa compañía de Teatro y lograr impactar en la gente, es que era claro que tenía actitudes solo faltaba lo principal para llevarlo a cabo, dinero, el maldito dinero.
Las voces se fueron mezclando en su mente mientras transitaban por el escenario los distintos actores, el canto le emocionaba y no porque la obra fuera Jesucristo Superstar, eran las voces, los jóvenes que lograban un efecto en la multitudinaria sala. El teatro estaba lleno, uno tras otros los cuadros lograban un silencio que se rompía al final de cada uno de ellos, con los aplausos. La voz de su hijo la sacó nuevamente de sus pensamientos y la sumergió en ese estado de éxtasis que le producía el verlo cantar y actuar, podría alguien robarle ese minuto de emoción, ese fugaz momento en que se toca el cielo con las manos, cuando el amor reina en el corazón de una madre.
Sintió que su corazón llenaba su pecho y cuando el término aplaudió con ganas, con fuerzas y dejo que las lágrimas bañaran su rostro, total que mas daba, si alguien la veía, ella estaba feliz, era su momento de gloria, los momentos que se viven con la emoción que entregan los hijos y ella lo estaba viviendo, lo estaba disfrutando, sintió el orgullo de ser madre.
La obra terminó y ella aplaudió hasta que le dolieron las manos, la gente estaba de pie ovacionando a los artistas, los gritos recorrían la sala, a medida que nombraban los actores y sus roles y ella grito con las fuerzas de sus años ¡Bravo! ¡Bravoooo!, alguien tocó su hombro y preguntó
—¿ es su hijo, el joven?
—sí, si, es mi hijo mayor
La repuesta salió desde su corazón henchido de orgullo por su boca.
Colisión
Beso frío, en el grito desesperado,
sombra de un niño desfiguró la tarde
sostuvo el péndulo la vida un instante,
de los inocentes en la marcha fúnebre.
Lagrima ardiente en rostro de madre
del hijo, de la mujer, compañera solitaria,
abrazos de aire, junco sin flores
verano desierto, sin sus fulgores.
Danza sombría, noches sin luna
cruento instante, cicatriz a porfía
sesgó la noche, marchitó el día
manos que pierden sentido sin cuna.
Acaso se puede vivir con la culpa…
Borrada de noches de juergas,
volante de un tiempo lleno de ausencias
lucidez que pierde, copas de inconsciencias.
Corona el embrujo maldita noche
paso de sierpe fría robando vidas
piel sin abrigo, falta de roces
herida sin canto, momento de ortigas.
Secreto de copas, arrogancia ignorante
pretérito de almas perdidas en espinas
que adornan cual Cristo doliente
la acera, la calle, un niño sin padre.
miércoles, 27 de julio de 2022
Chasco
He visto el camino recogerse cual serpiente en su veneno,
entregar sus velos de lluvia al sol en su portento,
he visto desnudar sus pétalos a la rosa
caer al vacío del amante sus promesas.
Mas no había visto la felonía de tu mirada.
El amor cegó mi alma y selló mi boca,
nada abrió la ventana para ver que soñaba,
esta pesadilla me atenazaba con sus garras.
No vi venir el tornado que desoló mi casa
ni el fuego que calcinaba ilusiones,
cuando vi el rayo ya mi mente desvariaba
entre esperanzas y canciones gastadas.
Solo sentí el vacío que oscureció mi lágrima
pero ya era tarde para mezclar la risa
ya no quedaban canarios que endulzaran
los días del amor, sus cuentos y sus palabras.
Carencia
El silencio, el disfraz que carga la sonrisa inicua
de mi boca hambrienta, sedienta de verdades,
que no se dan, que se ocultan, tras un reloj descompuesto
en el desván de las hojas muertas, de las lágrimas de serpientes,
que remolinearan mi senda, sin dejarme ver el sol.
Los astros caen sin sentido al abismo de las oscuridades,
las mariposas engullen en mi jardín las bellas flores
generando un desierto, con sus cardos y sus espinas.
Veré las tristezas zarpar en mi frágil barco
la soledad que llena libros en mi biblioteca,
que derrama la copa de mi vestimenta en sangre.
Mi amor en quiebra, cual deuda impaga
fortaleza que revienta en el ímpetu del viento,
de tu voz, que no llega, que no viene a salvarme.
Los pétalos de rosas dejaron hace tiempo de caer
mis ojos se vaciaron de tanto llorar su muerte,
la arena cubrió mis pisadas plagadas de fe.
Sentí como se derrumbó el Olimpo cuando le miraba,
en esta impotencia que me desgarra
que viaja sin brújula, cual anima en vida.
Canción para Latinoamerica
He recorrido un tramo pequeño
que no ha dejado de ser precioso
me ha dado su idea de mundo, de tierra
de la tierra que se ansía siempre
que se lleva hasta en el mas olvidado rincón de la memoria,
de la única tierra que no abandona
que amamanta desde el inicio
hasta la muerte y no se agota.
He sufrido en y con sus golpes,
Me duele el olvido, me acongoja el desprecio;
Me he sorprendido amándole e insisto en extrañarle.
Es en estas latitudes por donde queda mi puerto
La parte del mundo desde donde rodeamos el sol
La gran biosfera que me extendía los brazos en cada partida
Y me recibe siempre con sus luces encendidas,
Pretendo con modestia depositar un canto,
Un canto en que la música es de sirenas,
De buques y gaviotas,
porque la primera aurora de mi vida
me estaba esperando en esta tierra
porque la primera aurora de mi vida
me estaba esperando... en esta tierra.
Canción para el hijo ausente
Por Luchito niño asesinado en Tinguiririca y por tantos niños asesinados en el mundo.
Esa voz que canta frente a las aguas
ese que baila frente al sol.
Escabeles de estrellas regalan
del Dante al pasar los sueños .
Quizás ya no vea tu luz,
solo dance bajo la sombra
que me regala sutilmente
el amanecer de este nuevo día.
Ya no llora el alma mía
cuando tu risa germina
en ese silencio que otorga
el viento en su rutilante viajar.
Y quiero más vida,
que la que me otorgan tus manos,
y quiero más amor
que el que me otorgan tus besos,
y quiero dormir
sin temor al despertar de mañana
y quiero de ser preciso
el fruto de la venganza.
Solo quiero lo que el asesino me ha quitado
tus ojos, tu risa, tus cascabeles al correr
ya no quiero este día, ni tu ausencia
quiero estrecharte como ayer.
Cal
Blanca ligera
que borraste el rastro
de cuerpos buscados
de seres perdidos
No te culpo
asesinos buscaron
ocultar su rostro.
Con tu argamasa pétrea
construimos ciudades
levantamos reinos,
mas tu rostro
nos sirvió también
para la justicia
de amarga agua
No te culpo
asesinos buscaron
ocultar su rostro
con tu hidratante vida.
Pero el tiempo
deja claro
que tu cuerpo
de ligera consistencia
delata al asesino
limpiando el rostro
del injustamente caído.
Pertenencia
En este paisaje
queda estampado cual quimera
el río de lo que somos…
A los aromos desperté
cuando florecían en primavera
con mi primer llanto.
En este lugar fue
donde mis oídos
escucharon el primer canto.
Donde mis pasos persiguieron
al viento fugaz
que corría por los cerros.
Aquí me pario la vida
entre redes de pesca
y la matriz de la sangre obrera.
Ausencias
Cuando tu nombre se me esconde
entre las inmensidades de mi cuarto
cuando tu imagen se aparta
de este espejo diario
Tus pasos cual sombra viajan por el presente
y me hayas desnuda a ti de frente
con un verso entre los labios
pariendo las letras que inician este canto.
Cuando mis brazos se estiran
en tus brazos temblorosos se refugian
veo tus ojos sonrientes, cabizbajo
cómplices en la cuerda del regazo
Cuando la noche de mis sueños se hace parte
viajo a por ti, voy a buscarte
el verso se entrega de amor a la vida
me pierdo al hallarte en tus ojos
Para reencontrarme en tus labios
Agonía
Enrede entre sus pasos y venganzas
mi corazón de hermana,
la serpiente danzo entre cadenas
que enrollaban mis manos y me ataban.
Dolorosas pruebas que desgataban,
tormentos y lágrimas febriles,
de conciencias abrumadas,
preguntas sin respuestas,
de esperanzas quizás muertas
en que algo al fin cambiara.
Desfilo la vida cual torbellino
entre mis manos y su garganta,
maléficamente brindaba agonía
la boca que de bien, no sabía.
La muerte danzo en mis cosas
la serpiente devoró lo que quiso,
entre sus ansias crudas de mal,
atrapó mis pobres pasos cansados
devoró mis lágrimas, con su risa
en tan solo un momento ,
vació cual torrente el camino avanzado
y el amor cual chispa desapareció
con la última lágrima,
que pidió perdón, sin haber herido,
que gritó amor, sin haber sentido,
que lloró el adiós, sin haberse ido.
Tarde comprendí de maldad ajena.
Era noche para encender la luz
de un nuevo día… se alejaba,
con ese despliegue… la esperanza,
llevándose mis alegrías,
tarde lloré mi pena
tarde aprendí del mal
en tu obnubilante arrastre
aquel bien, que no llegué a conocer
fue el cáncer, mi exterminio
ya no recobré la fe
se la llevo en su serpenteante caminar
la misma fiera que robo mi dicha
A donde van los sueños?
La congoja que tortura el mutismo y la palabra
anuda la garganta de la presa de mi odio,
corazón desnudo frente al mal y sus imperios.
Vago por la impronta de una era siniestra
donde la risa se cubre con metralla,
los sueños se venden cual medallas,
donde la bestia inhibe al joven niño
donde la sangre corre como corriente de río
donde ya la lágrima parece metáfora de burla
donde el tiempo se volvió fotografía
de una noticia que ya no impacta.
Ser
Cuando tu nombre
se transformó en otra quimera
Otro sol ilumino tu cara
era un despertar distinto
de esos ojos que miraron
con velo segado.
Ese amor profesado
fue solo el círculo de voces
negando el ser al amor.
Fue allí que raje el templo
de tu vestidura
el mar azotó con fuerza
la vasta orilla.
Mi grito quebró el ruido
que pretendía doblarte
y abrí tus alas a la vida
No dejé que el fuego te tocara
bajo el falso credo
que no entendía
de tu dolor, de tus miedos,
de tus heridas viejas y nuevas
de tus cruces gastadas
de las humanidades
de los silencios que hablaron
rogando ayuda
Solo te ayude a sonreír al viento
que te ofreció tu libertad
que rompió las jaulas
que querían enmarcarte
solo sembré con amor
tus sueños de primavera.
Nada ni nadie entiende tu felicidad
tu canto de flores esparcidas en el campo.
La libertad te la cedo
teje tu enredadera
borda tu felicidad
eleva tu voz
por sobre los balcones
para que puedas verte
como nadie te ha visto
para que tus sueños
sean la realidad que en ti yo siento
Vuela, porque tu libertad
nació contigo.
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