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viernes, 24 de febrero de 2023

Cuentos Nocturnos

Ainathin Escuche la algazara que mis nietos producían al reír, me sorprendió por un momento, creía haberlos dejado durmiendo, ¿que los hacía reír a carcajadas? subí sigilosamente los peldaños que me alejaban de su habitación, quería descubrir qué pequeña felonía habían ingeniado para estar tan contentos y bulliciosos. Abrí cuidadosamente la puerta, la sorpresa invadió mi espíritu, una tenue luz danzaba en el aire, mientras una voz narraba: —“la luciérnaga coja saltaba de roca en roca quejándose de su pata loca, ay mi patita loca ay mi patita…” Los niños rieron y yo me desprendí de ese lugar por un momento volviendo a mis días de niña cuando mi padre nos narraba sus historias, las que disfrutaba con alegría junto a mis hermanos y cada día esperábamos ansiosos los desenlaces de aquellos relatos que un día nos asustaban y otro nos hacían reír. No pude evitar que las lágrimas resbalaran por mis mejillas, mientras mi hijo asustado me preguntaba —¿te sientes mal mamá?. — no, no— conteste presurosa,— solo me emocione, por un momento me pareció escuchar a tu abuelo— mi hijo sonrió con ternura. esa noche me quedé junto a mis nietos riendo de las alocadas historias que mi hijo inventaba pero fui más lejos cerré los ojos y escuché a mi padre una vez más contando sus ingeniosos cuentos. Al día siguiente me apresure en mis labores y al término del día subí a la habitación de mis nietos y fui a sentarme junto a sus camas quería al igual que ellos saborear esas historias nocturnas que embriagaba mi alma de dicha y hermosos recuerdos.

Cuando viajes

Cuando vueles, déjame el caramelo de tu sonrisa para guardarla en el baúl de los recuerdos, cuando vueles alto, déjame el dolor y tu desconsuelo que pisoteare con fuerza la hiel de tu desvelo. Cuando vueles solo de cuando en cuando deja caer una de las estrellas que vas cortando para anunciar que tu dicha está completa y que nada ni nadie podrán cambiarlo.

martes, 21 de febrero de 2023

Cara a cara

Ainathin Desde el junco que abrazaba la vida, sembraré la tierra de jazmines y Fresias entregaré mi sangre en cada siembra, pagaré el tributo de mi herencia, No he de doblar mi rodilla al imperio ni he de quejarme frente a su fusta, dejaré que el corvo enfrente mi sueño, cara a cara con mi muerte, ojos en alto. Volveré de la tierra para abrir el surco el que se ha negado con fuerte inclemencia pariré en mis entrañas al nuevo guerrero ha de ser el último verso que para. Enfrentaré la garra a corazón descubierto heredaré la risa a tan ruin desconsuelo mas, sé que la diestra no ha de segarme coraje de antaño, legado a mi gente. Volveré de la tumba entre canciones con un verso naciente a medio camino resurgiré de las cañas con los caídos fuerza del puma, graznido del cóndor. Vendrá el viento nuevo cordillerano mostrando la sangre que no puede extinguirse que la semilla que impones… en la tierra, jamás será designio.

Elegía para el hijo ausente

Por Luchito niño asesinado en Tinguiririca y por tantos niños asesinados en el mundo. Esa voz que canta frente a las aguas ese que baila frente al sol. Escabeles de estrellas regalan del Dante al pasar los sueños . Quizás ya no vea tu luz, solo dance bajo la sombra que me regala sutilmente el amanecer de este nuevo día. Ya no llora el alma mía cuando tu risa germina en ese silencio que otorga el viento en su rutilante viajar. Y quiero más vida, que la que me otorgan tus manos, y quiero más amor que el que me otorgan tus besos, y quiero dormir sin temor al despertar de mañana y quiero de ser preciso el fruto de la venganza. Solo quiero lo que el asesino me ha quitado tus ojos, tu risa, tus cascabeles al correr ya no quiero este día, ni tu ausencia quiero estrecharte como ayer.

Ausencia

Un vacío me llama desde el borde de mi cama siento entonces un rio navegar por mis ojos, cuyo caudal no se detiene, cae copioso, y sé que extraño el peso de tu presencia, Las sombras fugaces que siguen mis pasos en el juego de las luces me hacen recordarte añorar tus locuras, tus juegos vivaces tu lealtad, tu compañía, tu cariño sincero. A veces niña mía las grietas más profundas son las que deja la ausencia, la partida hay tanto por darte gracias, tanto que nos dejas que siempre habrá un espacio donde reinará tu recuerdo

Anhelo y Deseo en un solo Corazón

Ainathin Me miró, en sus ojos ese sueño de antaño no habló, guardo silencio cual si fuese un pecado, me entregó sus manos, me obsequió una sonrisa luego cerró sus ojos lentamente sin prisa. A dónde vas ahora vieja mía de mi alma como reiré si ya no veré tu cara quién me brindara consejos en pasos inciertos dónde refugiare mis lágrimas si ya no te tengo. Quise despertarle, como si fuese posible pero la paz en su cara detuvo mi llanto ibas a sus brazos de seguro cantando corriendo cual chicuela al reencuentro añorado. Quise despertarle como si pudiera un milagro pero la sonrisa en sus labios detuvo mi mano al fin descansabas de dolores y espasmos al fin eras libre cual ave volando. Quise remecerle, pero la paz de su rostro habló de recuerdos, de risas, de canto quise en mi egoísmo liberar un milagro besando su rostro, en un anhelo amargo.

Adonde van los sueños

La congoja que tortura el mutismo y la palabra anuda la garganta de la presa de mi odio, corazón desnudo frente al mal y sus imperios. Vago por la impronta de una era siniestra donde la risa se cubre con metralla, los sueños se venden cual medallas, donde la bestia inhibe al joven niño donde la sangre corre como corriente de río donde ya la lágrima parece metáfora de burla donde el tiempo se volvió fotografía de una noticia que ya no impacta.

Los Amigos

LOS AMIGOS Ainathin Los amigos son ese tesoro escondido, baúl resguardado del arco iris en su terminal pequeños y grandes diamantes en bruto que tanto en el camino cuesta encontrar. Los amigos son lágrimas escondidas tantas veces un principio o un final, ese girón del alma que llena los días ese retazo de vida que tanto bien nos da. Los amigos son ese puñado de estrellas que solo en tu mano sabes guardar esa fuerza tantas veces necesaria el hermano que la vida te ha de regalar. Los amigos son el secreto guardado la copa de vino al celebrar, son el abrazo, la palabra cordial cuando la pena te ha de desgarrar. Son aquella parte del alma que no se puede clasificar, son más que la mano sincera que mientras vivas no te ha de faltar. Son como tu sangre, son más que tu sombra, que el áspero sendero te vino a entregar son tu familia, tu dulce compañía son todo aquello son mucho más.

El Ultimo Vuelo

Está durmiendo la poesía me dijo esta mañana el jilguero apaga la luz de la ventana me ordeno triste el semillero. De nardos se llena el sendero con el llanto del desconsuelo en mis brazos se ha rendido desplegando alas de mi nido. Se ha dormido mi niño dejando un espacio vacío que nada cubre, nada llena solo esta cruel condena seguir aún, cuando ya te has ido.

Pequeño viaje de una mente sin Reloj

El tiempo, su juego, el reloj cargan su maletín diario de calabazas constantes cargadas de inspiraciones varias El viento mece las hojas del sauce viejo donde ruedan las risas de los infantes, y una caravana de muchos ecos en la marcha de sus contrastes. Cortando el espacio una rosa canta en aquella mente atrapada por el aguijón que su piel vacía en una agreste danza macabra. La marioneta le guiña el ojo para que baile con su sombra en medio de estrellas de mar como un suave y triste despojo. Y ya no siente el miedo de la pavesa del camino que lentamente deja entrever un arco iris a punto de nacer. Mientras vaga su vista vacía en una mágica lanza de cometas en aquel frío anden donde duermen los postergados de una sociedad pécora.

Sin Tiempo ni Flores

I Del tiempo al tiempo Donde las notas del reloj Dejan que su segundero baile Su grito final. Allí donde se marchitan las rosas el silencio reina y solo lo rompe el llanto de la partida Allí mi última lágrima Allí mi último beso Allí se quedan dormidas mis golondrinas. II Del tiempo al tiempo Desfilan las piernas del segundero Con tal grito de un amor perdido donde cabriolean las flores mustias El mismo tiempo se ha detenido, Frunciendo el seño de despedida Aquí cada día se marchitan las rosas se funden los claveles con la tierra en este doloroso umbral se extravía mi destino. con tu partida cariño mío.

Signos

Llore cuando cayó la última gota de agua Sufrí cuando vi secarse el clavel al sol entregué mis días a ese sol implacable que robo las azucenas del parque. Grite cuando el último sueño cayó muerto en las manos vacías de un niño, el zorzal bebió la sombra del rio cuando su canto sombra se hizo. Ese sendero agrio me lleno la mente de voces alborotadas que me nombraba responsable de este sino maldito culpable de nuestro propio destino.

Cafe

Quiero un café, extraño ese café de las tardes del jardín donde comentábamos la existencia. Con voces anaranjadas reíamos el disfrute del sabor que a veces gustaba a vacíos mas otras a mares llenos. Derramamos esperanzas en conversaciones amenas compartí con amigos, con la fe con la soledad que te apremia con el amor, el dolor, el placer. Me senté a la mesa con la muerte misma saboreamos entre lagrimas recuerdos compartí incluso con el odio estas tantas gotas de café. Tantas tazas, tantos vasos colmados , derramados a veces llenos de risas otras tantas de lamentos. En esta mesa desierta espero tu compañía para tomarnos un café amargo donde paladeemos la vida

Ser

Dedicado a mi hijo Nick Cuando tu nombre se transformó en otra quimera Otro sol ilumino tu cara era un despertar distinto de esos ojos que miraron con velo segado. Ese amor profesado fue solo el círculo de voces negando el ser al amor. Fue allí que raje el templo de tu vestidura el mar azotó con fuerza la vasta orilla. Mi grito quebró el ruido que pretendía doblarte y abrí tus alas a la vida No dejé que el fuego te tocara bajo el falso credo que no entendía de tu dolor, de tus miedos, de tus heridas viejas y nuevas de tus cruces gastadas de las humanidades de los silencios que hablaron rogando ayuda Solo te ayude a sonreír al viento que te ofreció tu libertad que rompió las jaulas que querían enmarcarte solo sembré con amor tus sueños de primavera. Nada ni nadie entiende tu felicidad tu canto de flores esparcidas en el campo. La libertad te la cedo teje tu enredadera borda tu felicidad eleva tu voz por sobre los balcones para que puedas verte como nadie te ha visto para que tus sueños sean la realidad que en ti yo siento Vuela, porque tu libertad nació contigo.

El Paso

La edad el tiempo no pasaron en vano me dejaron su paso en surcos marcados, movimientos lento, un arcón con recuerdos y lágrimas guardadas en un camafeo. Una herencia de sangre cual regadero jardín sembrado de muchos cuentos, un collar de amor que aún me lo cuelgo beso robado, historia de otro tiempo.

Así Vivo

Lejos mi vista se perdió en el horizonte buscando la huella que cimento mi camino, la sabia viviente que nos heredo tu cariño ese mendrugo de tu alma que siempre otorgaste. Entonces navegue en los mares del recuerdo, de cada mañana y atardeceres sentidos, tu risa que lleno mis abrazos, tu amor que se entregó a llenas manos. Tanta dadiva, tanta plegaria sin exigir, tantas noches sin dormir, velando mi porvenir, te abrazo en cada retazo que me obsequian los recuerdos, así vivo la nostalgia del canto que aún te debo.