Translate

lunes, 18 de enero de 2021

Fragile

Ainathin Vino vestido con su velo de muerte sembrando miedos, lágrimas y desvelos vino cual odio arremetiendo su peste segando como al trigo, robando los sueños. Nos aferramos al credo exigiendo el milagro nuestra altiva soberbia se fue doblegando cuando arremetió nuestras casas sin derrumbarlas y asolo cual guerra, nuestras indemnes almas. Ya no pudo reflejar nuestra suerte, tras las puertas nos derrumabamos en lágrimas nos ahogó el adiós y nos dictó su dóctrina la cruda impotencia nos tapó de muerte. Vulnerables, cual vaso arrojado al vacío quedo mivida, la tuya; estribillo sin destino se nos despojó del beso, del abrazarnos cerramos las puertas con pavor de mirarnos. Se nos inpregnó en el karma un tortuoso miedo, desvastados lloramos en soledad nuestros muertos la cruda realidad nos golpeó con golpe rudo y tras los cerrojos quedamos desnudos.

Incurso

Ainathin Ahora que la muerte ha forjado su dominio, el lamento se ha expandido cual brisa sin designio, ahora que tu vientre duele el hijo ya nacido la soledad nos abraza en su cruento destino. Hemos vuelto a sentir aquel sentimiento que atenaza con garras de evidencia, quizás sea tarde para sembrarnos conciencia o lanzar disculpas al viento. Ahora que nuestros labios suplican tras las ventanas manchadas, esperando que el milagro arremeta liberándonos de esta cruel condena Quizás sea tiempo de mirar las estrellas, escuchar el sonido que emite el grillo ver volar una mariposa volver nuestra vista al azul cielo. Quizás sea hora de entender la culpa Buscarnos dentro en lo profundo Y entender de una vez por todas que el virus siempre fuimos nosotros.

Revolución

Ainathin Sólo el grito de mi voz en la calle izando banderas que llaman la muerte, sólo el paso de un grito, al ensueño de volar tan alto sólo mi voz, unida al viento de muchas voces. La marcha y tu camino derribando la escoria, que pretende parar un corazón caliente, a pesar del frío los pasos decididos y el hambre arrancando en las entrañas. En las aulas, en la voz de mi hijo que se quiebra pidiendo sustento, sustento más allá del pan, del mísero pan que los gobiernos pretenden entregar y mi sangre se derrama junto a ellos en el golpe de aquellos que quieren ensuciar mi voz, mi voz exigiendo mas allá de las tinieblas, esa luz que iluminará mi mente de pobre …más con sueños, con la certeza que mis pasos se mantienen firmes este día, como ayer, como mañana, hasta que el dragón se digne a mirarnos y dejarnos, dejarnos sin estrujar ya nada mas de nuestras manos. Prosigo firme con un canto en los labios, de fortaleza me he vestido como mi padre, como la vida que sale hoy cantando, forjando el sueño de un vivir más integro, la gente, mi gente…es el pueblo reclamando El pan que vaya más allá de la sinrazón Que sea más fuerte que la mano ruin que nos atormenta. Hoy es un nuevo mañana, para cantarle a la vida, para correr cual guerrero salido de antaño. Hoy he salido, he nacido y me dispongo a marchar Contigo, mi hermano, mi hijo, yo soy testigo del nuevo mañana que iluminará el alba derrotando a los dioses que se visten de oro con la sangre de mi sangre, voy, vienes, hoy somos todos, en el canto universal.

Rabia

Dedicado al Pueblo de Aisen Llora mi alma o Aysen, que será hoy la lágrima que viaja, serás muerte y sombra del tiempo, amarga ventura, mis ojos cansados de ver tanta, avaricia de seres, que han nacido para vender sus hermanos. Mi tierra, mi campo, mi hermano árbol que muere, mi hermano indio que llora, mi hermano que sucumbe, …arde el fuego en mis entrañas a esta hora en que el nombre se empapa de odio en mi centro. El odio sentimiento amargo que tantas veces pasó sin verme, hoy lo anido en mi regazo…lo anido con fuerzas, para levantar mi lanza, para levantar mis manos, ¡he de volverme piedra para defenderte Aysen!, ¡he de volverme sangre para latirme en mi dentro!, con esa estoica lucha antigua del guerrero que defendiera mis tierras de las manos invasoras. He de nacer en la muerte, levantando mil voces, remover la tierra de mi templanza para volver a perder el llanto y cambiarlo por la furia, que reniega esta sin razón, mi hermano árbol, mi hermana luna, necesito tu fuerza hoy para agitar en el viento mis palabras al exigirte, desde mi alma, no destruyas mi paraíso no mates mi alma…he de nacer desde las lagrimas, para enfrentarte invasor, hambriento de avaricia. Solo con mi canto, mi grito tempestuoso que desciende cual Nicea desde la montaña no temo a tu mal nacida muerte… ¡No temo y voy a enfrentarte!.

Retratro de un hijo

Si existe algo por lo que debo dar gracias es por tener tu sonrisa, tu mirada, tus besos el tiempo se ha hecho grande desde tu caminar temeroso y los pasos se han puesto diestro como el cambio de tu sonrisa, de tu mirada ya no corres a mis brazos cuando sientes miedo, es que los años han pasado y con ello ha venido el cambio de crecerte, de crecernos, de sentirte hombre, ya mis manos son más viejas y más lentos mis pasos mi pelo tiende a sentir que el invierno viene. Son tantos los cambios de tu niñez a la hombría tantos días de desvelos, de juegos y cuentos que van quedados guardados en la gaveta de mis recuerdos. Pero si hay algo que se mantiene como el aire que respiro es el amor cuya luz no sabe de cambios, no envejece, no varía no sabe de crecimiento, ni entiende de hombrías, no conoce fronteras, ni se ajea con el tiempo… Porque cuando viniste a la vida este amor se transformo en eterno.

Anhelo y deseo en un solo corazón

Ainathin Me miró, en sus ojos ese sueño de antaño no habló, guardo silencio cual si fuese un pecado, me entregó sus manos, me obsequió una sonrisa luego cerró sus ojos lentamente sin prisa. A dónde vas ahora vieja mía de mi alma como reiré si ya no veré tu cara quién me brindara consejos en pasos inciertos dónde refugiare mis lágrimas si ya no te tengo. Quise despertarle, como si fuese posible pero la paz en su cara detuvo mi llanto ibas a sus brazos de seguro cantando corriendo cual chicuela al reencuentro añorado. Quise despertarle como si pudiera un milagro pero la sonrisa en sus labios detuvo mi mano al fin descansabas de dolores y espasmos al fin eras libre cual ave volando. Quise remecerle, pero la paz de su rostro habló de recuerdos, de risas, de canto quise en mi egoísmo liberar un milagro besando su rostro, en un anhelo amargo.