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sábado, 27 de septiembre de 2014

Flotando en Penumbras

La he sentido venir, más veces de las que quisiera
besando mi frente con su mágico sentir de hielo
percibir el miedo recorrer las entrañas de un sueño
que no quiere acabar de seguir su sendero.
La he visto mirarme con esas cuencas vacías
que parecieran corroer en mi desvarío la vida
he prometido mil luchas a su sonrisa flagelante
su abismal figura, sus cadenas perpetuas, su frío talante.
Heme aquí sometida a sus juegos, plena de debilidades
donde la lágrima corroe el verso de la que arde,
su estigma, su paradojal caída de un abismo sin salidas
sus alas caídas, mi absurda quimera, mi profecía incierta.
He tenido malas noches con demonios y fantasmas
navegando versos con lenguas estrafalarias
entre piezas que no mueven el ritmo de mis pisadas
que pareciesen perderse en esta febril mirada.
He parido cuentos desde las entrañas de la suerte
que en esta lúgubre tonada pareciesen ahogarse;
donde ya el rigor recibe calendarios invertidos
juega la noche, la vida y los latidos sin sentidos.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Cadena rota

Ainathin

Un amanecer distinto, la cadena estaba rota
el vuelo dejo que mis alas brillaran con tono nuevo
libre por fin, tras de mí las sombras de un pasado ruin,
una historia perdida, negada, sin sueños,.
El canto fue mi ronda, en mi pecho cual coro de niños,
el jardín se lleno de claveles, jazmines y violetas,
en un placer, sin comprender, sin entender mi voz.
Mi tiempo nuevo, mi corto y nuevo principio
atrás quedaba la otra historia de versos amargos
de jardines con azucenas negras, sin poesía.
Magistralmente veía la divinidad de un cielo
luces que se atropellaba por darme un paso libre
el verso se volvió tonada, canción fresca
cuando la reja cayó cual cristal de copa rota.
Sin más sangre que arder
sin más sueños por fallecer.
Un aire, limpio mis pulmones
el viento se volvió oxigeno que llego a mis venas
fortaleciendo la nueva senda, sin sombras,
con esperanzas sin cruces amargas,
el despliegue de mis alas las dejo en la jaula.
Yo volé por el viento, reí con matices de niño,
cante por todos, por aquellos, los que no llegaron,
los que se perdieron, los que murieron…
Sobretodo cante por volver a ser nuevamente verso.


Dulce veneno

Ainathin

El vaso vertió sus jaguares contenidos,
voces que mezclaron historias, hijos recién nacidos,
hizo carne el sentimiento como adabas a la piel.
Música rigió la noche con besos de agria y dulce miel.
La risa vagó por la mesa de una conversación incierta
mezclando vida, tiempos, aventuras, cuentos y charadas,
celebraciones, cantos, noches de buena andanza.
El espectro cambió las copas para verter su veneno,
las horas se fueron cubriendo de un sentir intenso,
voces que se enredaron entre risas y espasmos,
coloquio inverso donde ya nada comprendieron.
Volvió furia la copa al golpear la mesa
despertando la fiera que rechinaba su sueño,
todo se volvió sombras, gritos y lamentos.
La amistad ardió cual llama de un incendio sin freno,
se descontinuó el amigo, la palabra sentimiento,
mordió con boca hambrienta su festín el descontento,
pero ya la vida pendía de segundos inciertos,
de una sola palabra, olvidada con sus misterios,
borras de negro vino que de su tinto tintó los cuerpos.