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martes, 15 de julio de 2014

Presencia

Volverá la fuente a derramar el río
tus pasos cual eco serán mi ejemplo,
buscare en cada rostro tu voz al viento.
Mi corazón libre llorará tu rostro
que se evapora para volverse verso
beso, camino, siembra de algún destino.
No he de llorar, porque sé que no has muerto
me lo dicen los rostros de los que cantan
del que corre gritando a la indiferencia,
me lo dice el paso libre de mi destino.
¡No has muerto pues sobrevives al tiempo
cargado de éxodos y mañanas!




Tu...

Tu voz me llega como rocío
tan cerca de mis manos tus sentidos
plena virtud que aquieta mis aullidos
cuando las fuerzas arremeten sin sentido.
Quizás sea por esta virtud que te ame tanto
por tus ojos sonrientes que me halagan
el tibio sol de tu mano sobre las mías
sosiego de mis penas, en la caricia a hurtadillas.
Quizás solo sea ese amor tan silencioso
beso que me robas cuando escapo a tus caricias,
ese celo absurdo que me cobras caprichoso
la manera que te entregas en la vertiente de la albricia.
Hay tantos hechos que me exigen el amarte
tantos besos que me permiten adorarte
que se aterra mi alma de perdernos
en ese impasse abrupto llamado los destinos.

Cual cuento de hadas

Dedicada a mis hijos Jecar y Eli


Fueron pocos los instantes entre la sonrisa nerviosa mezclada con la dicha de sentir que ahora todo cambiaba, pensé cuantos años pasaron para convertirse en hombre… recordé que en este mismo lugar un día que no me parecía tan lejano dijeron tu nombre, sentía que la emoción se agolpaba en mis ojos y las lagrimas querían volar, pero recordé la promesa que te había hecho unos días atrás “no, no llorare”. Tu dicha anidaba como si fuese mía, como si fuera yo quien se casara con la persona de sus sueños, me pareciste un Ángel todo de blanco como ella y sentí que de alguna manera mis ángeles y guardianes habían bendecido tus pasos, aquella niña cual princesa de un cuento de hadas había tomando decisión de unir su vida a la tuya, sentía que te amaba, al igual que sabía que tu le amabas a ella. No existe un secreto para el corazón de una madre, podía ver lo que alguna vez mis padres vieron en los ojos de mi amado.
En silencio rogué por ti, que nada pudiera empañar tu alegría. Yo mejor que nadie sabía el peso de tu decisión, cuánto cuesta mantener el sueño con el que se unen las manos en la promesa de un amor eterno. Los momentos difíciles, las caídas, los problemas, el aprender a conocerse y amarse con virtudes y defectos, la palabra que no debía faltar en el sinónimo de la confianza, recorrí quizás mis veintisiete años con tu Padre y pensé que vale la pena correr tras de un sueño, que vale la pena amar, porque si algo hubiera fallado, esta la siembra y la nuestra, me llenaba cada día de orgullo y hoy me llenaba de emoción. Pude ver los ojos de tu padre tan emocionados como los míos, sentir el temblor de sus manos en las mías que sudaban más de lo normal, es que no se puede explicar el momento que vive una madre o un padre cuando siente que su hijo ya es un hombre grande. La ceremonia en la Iglesia dejó caracolas girando en mi pecho, luego la fiesta y la hora de la partida, tu vuelo, la salida del nido, ya no sé si quise llorar solo sé que mi amor te acompaña más, velando por tu futuro esplendoroso, donde la vida te colme con las cosas necesarias para ser feliz y sentir...sentir que valió la pena amar...amar como yo aun amo y el día de mañana cuando acompañes a tu hijo o hija al altar entenderás la emoción que no puede explicarse ni contarse con palabras.


domingo, 13 de julio de 2014

Franja Doliente


Podre ver el sol con los mismos ojos de justicia,
si he visto la sangre correr por el sendero de la avaricia,
acaso puedo ver la luna, sin llorar mis silencios,
esta boca muda que ha visto apagarse el sol sin desvelos.
Mis manos han de clamar tu justicia que no te salvará
de esta absurda muerte, tonta muerte, maldita muerte,
sin que hiera mis entrañas con el dolor de tu mirada.
Volveré a reír si acaso me lo permiten tus ojos apartados,
este silencio que no limpia mis manos, de tu mal encontrada muerte,
este grito que desgarra tus carnes, entre mis ya vacías manos,
sin medir la voz, mi voz, tantas voces que se excluyen de tu suerte.
Como he de pedir perdón después de haber cantando para ti,
mis lágrimas no tienen sentido, ni cauce, ni abrigo,
mi canto se muere cada vez que se apaga tu brillo.
Pienso como cantarle a la vida en la hora de tu muerte
sin redimir mis musas, que han visto el terror en tu mirada.
Como volver a cantar desde tu llanto carmesí
acaso puedo crear del horror otro cuento de hadas,
que permita tu risa, que permita tu dicha,
que no te corte las alas, mis alas, mi risa…
Acaso puede el hombre vivir después de este crimen
acaso puede reír después de ver tu llanto.
Como puedo reír si me nutro de tanto espanto,
como puedo seguir hablando de amor sintiendo tu muerte
tu mal habida muerte… que va al encuentro de mis pasos…

Remozar el camino

Solo un rayo de sol que alumbro las penumbras de las soledades,
mi viaje que se eleva entre flores de gardenias y clavelinas,
Avizoré esperanzas desde un cielo cubierto por estrellas
rodeado de jazmines, de un aire que abrazabas las gargantas,
de un ojo que miraba un sendero perdido en una búsqueda sin frenesí.
He perdido noches en el cielo cándido de lunas plateadas
entre canto de hadas y ángeles que viajan a un son lunar
he perdido pasos entre campos con y sin espinas de rosas claras
he dejado el surco de ellos, cansado buscando sin encuentro un día más.
He mirado todo los rostros que se han cruzado buscando la imagen tranparente,
he perdido tiempo buscando más hojas que alarguen el calendario,
he querido sembrar un canto de sosiego, entre lágrimas y sangres esparcidas
por manos inescrupulosas y he perdido fe buscando un dios incierto,
he perdido…he caminado… he observado…he llorado….y en otras he reído
En otras vi un fuerte flujo de luz, que desciende de los ojos de la inocencia,
en otras he encontrado tanto amor en manos pequeñitas que se entregan sinceras
en otras me he saciado con el agua limpia de una sonrisa alegre, de un niño que juega
en otras me he quedado suspendida en el viento cuando tus manos pintan la vida.
cuando transformas vida en expresión de unos ojos que me miran desde un cuadro
cuando las notas de mi boca corren por tus cuerdas sembrando, despertando
entonces me he encontrado y me he sentado para escuchar tu canto
para acentuar la brisa que me trae la dicha de sentirte parte de mi historia
aquella llovizna de certeza que la vida ríe en el orgullo sembrado
alejando los misterios de amargas sombras en el pasado
he alejado la muerte con el corcel de tus caricias y tu beso acaramelado
y una vez más he vuelto, para seguir viviendo, para seguir soñando…para seguir pintando.