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jueves, 30 de mayo de 2019

Manifiesto

Cuantas veces me detengo para buscar la disculpa
que extirpe la culpa de mi ausencia, de mi falta.
Sé, con seguridad plena, que no es falta de amor este pecado,
no es falta de sentido, ni cariño, mi ausencia no es olvido,
porque aunque parezca ajena tantas veces de tus pasos y tus dichos
estoy más que nunca escuchando y sintiendo en mis latidos,
solo que a veces pareciera que mis ángeles se han dormido.
Busco en canto nuevo para saludarte, en un beso y darte abrigo,
más vienen holocaustos, precipicios con sus gritos,
me alejan de esta forma paralela a la existencia,
me derramo por la almohada en una lágrima sincera,
que baja por las escaleras hasta confundirse con la tierra,
porque cuando la muerte te asalta mis manos cual greda se quiebran.
No es omisión el amarte en este silencio que no responde tu canto,
que no te sigue los pasos, que no corta flores, que no pinta cielos.
No es ausencia el que me duerma buscando ese sueño que me traiga
la cosecha de una nueva vida, sin miedos, sin esquemas, libre de males,
libre de fronteras, libre de insomnios, libre de guerras, libre de olvido.
No, si no descuido que eres tierra, verbo, mi poema, mi canto no elegido,
mi dulce pan de mi existencia, mi motivo, mi caricia, mi silencio, mi condena,
mi agrio vino, mis manjares, mis turbias noches, los días triviales.
Es que no se cómo decirte que eres todo, que formas parte;
la importancia de tu sombra para cobijarme, ese silencio tuyo,
mi memoria, mi paisaje, mi dulce compañero, mi guitarra, mi soneto.
Es que ya no sé cómo cantarte, para sembrar y cosecharme en tus ardientes manos,
para decirte que soy la flama epitelial de tus volcanes.
Es que no se cómo cantarte para descifrarte como un antiguo escrito,
que este sentir arcano es algo poco conocido,
no existen palabras para nombrarte lo que digo,
que aunque enumere letras y busque el cobijo de tu abrigo,
en todas las caricias, aún creando abecedarios,
en mis besos y sus suspiros o toda esta verborrea
podrán contarte la verdad de este poema comprometido.

Lo que no te han dicho 2ª parte Manifiesto

Lo que el viento no te ha dicho cuando escarba tu pelo,
cuando sopla con mil voces silbando por los callejones,
en ese ir y venir, sobre ciudades y montañas,
son las plegarias que arrojo cada día en los misterios, por tu nombre.
Lo que la lluvia no te dice cuando acaricia tu rostro
Y apaga la sed de tu boca desierta, y la nutre.
Cuando ataca con violencia los techos de las casas,
esas lágrimas que arrasan, que torturan y abrazan.
Lo que la tierra no te dice cuando corres sin peligros,
besando tus pasos agiles cual momento íntimo,
mostrándote maravillas en colores y sonidos,
en la tibieza del encuentro de la hoja con el suelo.
Lo que ellos no te han dicho es como nace mi suspiro,
entre la tibia tarde en que te lloran mis sentidos,
abrazando noches en que no se encuentran los nidos,
ni el vuelo de los pájaros, ni los mares en sus ruidos
que claman por mis voces este silencio tuyo y mío.
Lo que todos ellos callan son los versos comprometidos
de esta aspirante a poeta que quiso cantarte en mil motivos,
tomando todas las formas en que se puede tejer el latido
de un verso que se enamora cada vez que abres tus ojos
envolviendo el tiempo en un quejido.
Cuando la rama se quiebra en ese placer que es tuyo y mío,
cuando se ahogan los gemidos en ese beso tan tuyo y mío,
lo que ellos no te dicen,
aun no ha nacido forma física que lo exprese, porque es un todo,
porque es un nada, más allá de lo conocido,
por que alberga la verdad de mi existencia
en ese sentir que sobrepasa las conciencias.
En este momento, en que me pierdo solo por haberte conocido,
podrán cantarme las flores y las aves desde sus nidos,
diré que solo existen cuando tu beso me presta asilo,
lo que ellos no te han dicho, lo que ellos no han mostrado,
es la vida engendrada de tus manos cual rocío,
del momento cautivante en que fuiste solo gemido.
Seguiré buscando entonces y orando de tiempo en tiempo
como sellar amado mío, este suspiro en un te amo
que declare universalmente mi corazón comprometido,
donde no aspaviente la metáfora, ni un llamado Cupido,
porque amores como el nuestro no se encuentran en camino,
es un verbo extraterrestre de un amanecer distinto,
este sentir perfecto y tan imperfectamente logrado,
que acusa razón sincera de esta hora sin premura,
donde solo existen tus ojos que alumbran la vía de mi destino.
Es que aun no sé cómo cantarte algo tan comprometido,
desde el agua que me nace en el centro de mis abismos
y arrebola mi consciente en un sentir tan permanente.
Vendré a escribir nuevamente y aun no sabré decirte
un te amo que te exprese tantos días, tantas noches,
tanta vida, tanta muerte, tanto sentir cotidiano,
tanta fiebre que dejo agotados versos en blancas sábanas
de una entrega , una palabra, cuanto encierra este te amo.





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